Mientras México está a punto de declararle la guerra a Alemania, Hitler se inyecta cafeína mexicana y se hace adicto al peyote para resistir la presión del frente oriental.
En mitad de la selva chiapaneca, un grupo de alemanes uniformados con camisas pardas marcha en torno a un viejo gramófono y sufre el acoso de un chino tenaz empeñado en acabar con ellos.