La justicia es un elemento esencial y a su vez, un factor unificador de las relaciones sociales, pues las personas encontramos en esta función un espacio objetivo e imparcial para alcanzar la solución a problemas, no obstante el ejercicio de esta función originaria del Estado no es infalible y ante ello el mismo Estado debe responder y más cuando se precia por ser un Estado constitucional y democrático de derecho, toda vez que debe velar por el reconocimiento y protección de los derechos humanos sin importar su fuente y en ocasiones, cuando no se cumpla con esa misión.