Quizás la empresa más difícil de acometer sea la de hacernos conscientes. El mundo en que vivimos parece decididamente abocado a distraernos, a impedirle a los individuos un momento de lucidez para mirar su entorno, observar cómo funciona la sociedad. Los verdaderos poderes visionarios de George Orwell radican en su capacidad para mirar no sólo los objetos, sino principalmente la sombra que proyectan.