A través de una selección de la producción reciente del artista, la obra se despliega en su contexto expositivo, generando un diálogo entre las propias pinturas y el lector/espectador.
Su antitipografía, las palmeras, los paisajes monocromáticos o las figuras desenfocadas son algunos de los elementos constitutivos del lenguaje visual de Cordero. A través de ellos, subvierte la función comunicativa y nos coloca al límite de lo ininteligible.