Una sociedad "hace" sus locos, define su situación de locos y crea, para ocuparse de ellos, una institución que solo puede transformarlos en "objetos". No es posible rechazar esta objetivacion sin cuestionar tanto a las instituciones psiquiátricas en su funcionamiento actual como la psiquiatría misma, al psiquiatra en su posición de representante del grupo dominante y a las ciencias sociales a las que se refiere la psiquiatría.
Sin embargo, no se niega la realidad de la locura. Lo que se pone en duda es su asimilación a una enfermedad cuando constituye, mas bien, la mostracion de un desorden que solo por apresuramiento se ubica esencialmente en el sujeto mientras, en realidad, el sujeto es su portador.
Estos temas son tratados por Maud Mannoni en la presente obra que en gran medida es el resultado de su trabajo clínico en un hospital psiquiátrico francés, pero que tiene en cuenta, igualmente, experiencias inglesas, italianas y de países latinoamericanos. La presentación de casos clínicos concretos se equilibra con una amplia información teórica. El conjunto desemboca, naturalmente en lo que se podría llamar política psiquiátrica: la autora toma clara posición entre el conservadurismo de la institución psiquiátrica y los prestigios de lo imaginario ante los cuales podrían ceder algunas politizaciones.