En la realidad contemporánea latinoamericana, los ciudadanos de a pie, los usuarios de transporte público, los vecinos de colonias populares, barrios marginados y comunidades agrarias, campesinas e indígenas, recienten con más rigor inhumano las secuelas de la criminalidad y de la violencia social. Los periódicos de nota roja se nutren diariamente de la información recabada con motivo de las víctimas de la violencia criminar. Ya en muchas sociedades es normal la publicación en estos medios de comunicación de gráficas sangrientas, crímenes violentos y una serie de actos delictivos en los que se limitan en algunas ocasiones a colocar una cinta negra en los ojos del perpetrador de los crímenes. Los índices de violencia y de criminalidad aumentan a la par de la corrupción, la impunidad, la desconfianza ciudadana hacia las instituciones procuradoras y administradoras de justicia, pero sobre todo al cuerpo policiaco y a las agencias de investigación criminal, cuyo papel es cada vez más débil ante los embates de la delincuencia. Aumenta gravemente lo que se ha denominado “el libro negro”, que no es otra cosa que todas las personas que se abstienen de denunciar, querellar o hacer del conocimiento de la autoridad su condición de víctimas del delito. Por más leyes o normas que se han promulgado en materia de víctimas, por más protocolos diseñados para la atención de este sector de la población más afectado por la delincuencia, aún no es posible detener el aumento de víctimas del crimen y de violación de derechos humanos. Aspecto último que aún permanece en la tinta de la ley los resultados positivos y efectivos que transparenten las acciones de los operadores y responsables de la aplicación de estas normas. Ante este escenario, las propuestas de la sociedad civil organizada para crear instrumentos alternos de prevención del delito y de la violencia, se convierte en una necesidad vital ante la cada vez imparable violencia criminal. Así se justifica la edición y posterior difusión del presente texto La prevención del delito y la violencia. Un enfoque latinoamericano, como propuesta de la Confederación de Colegios y Asociaciones de Abogados de México (Concaam), afiliada a la Federación Interamericana de Abogados, hacia todas las sociedades latinoamericanas que podrá ser puesta en práctica en cada una de las entidades federativas de nuestra nación mexicana. Obra que nos distingue en compartir el Dr. Lucio Alfonso Rubio Antelis, distinguido miembro activo de la Concaam y que hoy damos a conocer en todos los eventos académicos, reuniones y mesas de trabajo, así como en todos los foros de abogados y profesionistas de México y de Latinoamérica. El contenido del presente texto es de orden práctico, ya que puede ser entendido, interpretado y aplicado por cualquier persona, sea servidor público en cualquier área o profesionista, ciudadano, así como organizaciones civiles de indistinta naturaleza y objetivos sociales, toda vez que la enfermedad que hoy padece cualquier sociedad organizada es precisamente la violencia y la criminalidad. Debe ser y es recomendable apoyarse en el presente texto, no sólo para lograr estrategias de coordinación interinstitucional para la prevención del delito y de la violencia, sino también para permitir una identidad como familias, mejores seres humanos y personas conscientes y participativas de la problemática que afecta su entorno social. Por todo lo anterior y con suma ratificación formulamos la presentación del presente libro, estando seguros de que tendrá una excelente recepción en todos los medios, espacios y ambientes sociales, desde las comunidades, colonias, ciudades, universidades hasta el seno de organizaciones civiles conscientes y preocupadas por la búsqueda de soluciones y propuestas del cambio social que tanta falta hace en los ámbitos donde el ser humano se ve debilitado y golpeado por la criminalidad y la violencia.