El duque de Lomasgrande, que acaba de suceder a su viejo padre, se distingue por estar todo el tiempo refunfuñando. Los rasgos de su cara están siempre tan arrugados que te preguntas si sabrá reír. Un domingo, explota la noticia. Llegan emisarios a todos los rincones del ducado y gritan alto y fuerte que está prohibido reír. La educadora Jeanne Taboni Misérazzi y el creativo ilustrador Loren Bes nos brindan una historia sobre el poder imparable de la risa.