Megan Harper tiene diecisiete años e invariablemente sus noviazgos terminan con un chico perfecto que se enamora con locura… pero de alguien más. Por esto ha decidido no sentir lástima de sí misma y concentrarse en su próxima conquista: convertirse en directora teatral.
Nunca imaginó que para lograrlo tendría que interpretar a Julieta (sí, esa Julieta) en la obra escolar y ahora todo es una pesadilla. Megan no es actriz y mucho menos una protagonista, ni en su vida ni en el teatro, siempre ha estado acostumbrada a estar al fondo del escenario y pasar inadvertida.