Empieza el 2020 con entusiasmo y convencido de que, a pesar de cualquier adversidad, todo saldrá bien, las cosas se resolverán y tu buena actitud te llevará a lograr tus propósitos.
Si en este año se pone a prueba tu fortaleza, ten la seguridad de que podrás asumir los retos, mantener la confianza en tus virtudes y tu fe en Dios. Y si tropiezas, ¡levántate! Recuerda que un error, una equivocación o una mala decisión no son derrotas, son experiencias. Si aprendes de lo malo que te pasa, del duelo y de las pérdidas, serás una persona con más criterio, más consciente y más amorosa: demostrarás una gran fortaleza espiritual que te brindará también grandes momentos de alegría.