Maro echó a volar su imaginación: evidentemente Honorio y Enoque estaban cavando un túnel debajo de la tienda para robarla por la noche, se trataba de un refugio antiatómico o eran revolucionarios y planeaban volar el automóvil del presidente a su paso por Vazia. Pero ni siquiera Inez podía descartar lo que era obvio: Enoque y Honorio buscaban oro delante de la tienda.