La salud económica está condicionada por nuestras emociones. Muchas personas han visto esfumarse una parte importante de su patrimonio por haber tomado decisiones fuera de toda lógica financiera, guiadas completamente por la emoción. La mayoría de los libros, canales de YouTube y perfiles de Instagram sobre educación financiera se basan en análisis, cálculos y proyecciones para lograr la eficiencia en la toma de decisiones financieras, sin darse cuenta de que éstas suelen estar mucho más determinadas por los estados afectivo-emocionales, lo que suele llevarnos a boicotear nuestras intenciones de cuidar nuestra cartera.