La publicidad en la sociedad contemporánea es una industria de la persuasión, sus mensajes le otorgan capacidad para provocar el deseo, moldear conductas y estilos de vida ligados al consumo. Constituye el escaparate de las mercancías producidas por los anunciantes y es el financiamiento de los medios de comunicación. El poder de la industria publicitaria emana de los tres tipos de intereses que conjuga: el de los anunciantes (las grandes empresas productoras de bienes de consumo), el de las agencias publicitarias y el de los medios de comunicación. Su fuerza económica se expresa en una inversión que en México en 2013 fue de 72,040 millones de pesos. El poder de la industria publicitaria en México nos remite a la idea más elemental del poder: la capacidad de actuar. Una industria con un gran peso económico, que moviliza grandes capitales y que defiende sus intereses para imponer reglamentos y políticas que les sean favorables para su propio desarrollo y que incide en el avance de la autorregulación.