La historia de Ariel, la hija del rey de los océanos, es sobre cómo perder —y encontrar— nuestra voz. Ha sido contada muchas veces de muchas maneras. Pero la sirena siempre quiere más de lo que su mundo puede ofrecer, y su padre exige que viva dentro de los límites del reino.
Su rebeldía le cuesta la voz y por poco el alma. Pero el poder del bien triunfa y Ariel emerge orgullosa y transformada.