Javier tiene un sueño inalcanzable: tener un perrito. Todas las noches sueña a qué jugaría con él, cómo se divertían juntos y qué contentos estarían haciéndose compañía. Pero su padre han dicho que no y el esta tan triste que su querido abuelo no ha podido dejar de notarlo. Javier, ademas de una gran alegria, recibe varias oportunidades; la de aprender a ser responsable y amoroso con un animalito especial que ahora depende totalmente de el; y la de responder a la confianza que su abuelo le ha mostrado al ponerse incondicionalmente de su lado.