Esta peculiar amistad motivará a que Anton supere sus miedos y haga todo lo posible por comprender ese mundo desconocido que le fascina.
Algo maravilloso le ocurrió a Anton, algo que hasta ese momento sólo sucedía en las novelas de terror o de misterio que tanto le gusta leer: conoció a Rüdiger, un niño vampiro. Los chicos se hacen grandes amigos cuando el pequeño vampiro le obsequia a Anton una capa para volar.