¿Cómo se originó la tierra? ¿De dónde viene el hombre? Estos interrogantes hallaron primero respuestas míticas y luego largas elaboraciones teológicas. Pero, a medida que el espacio conocido se fue expandiendo, surgió una pregunta mayor: ¿Cómo nació el Universo? Hacia el Renacimiento el telescopio entró en disputas con la Biblia, y por fin se admitió que el Sol era el centro de nuestro sistema y no una Tierra ubicada en un lugar privilegiado por la voluntad de Dios.