Desde pequeños requerimos valor para enfrentar el primer día de clases o al monstruo del armario.
Al crecer, lo necesitamos para conquistar montañas, metas y amores. Pero Diego hizo algo aún más osado: llenó páginas enteras con sus sentimientos, frustraciones, anhelos y sus más profundos temores, al ritmo de sus grupos de música favoritos.