¿Es esto la muerte?, se cuestiona Blanca, ahí, en la cama de un hospital, un momento antes de olvidar por completo quién es ella, antes de que su memoria, cual máquina de obturación, deje pasar la última línea de luz.
Meses antes, ni sus hijos, ni su marido ni sus alumnos en la Facultad de Derecho habrían relacionado sus descuidos cotidianos con los síntomas de una enfermedad neurodegenerativa.