En un viaje a Ciudad Guascalión, Pepe aprende que no importa que no haya videojuegos o alberca en la casa, que haga mucho calor o que a veces se tenga que viajar en camión, cuando se tiene una familia que se preocupa por él, y en ese caso tampoco importa que esa familia viva en una caja de zapatos, coma asado de puerco y no tome refrescos.