Cuando un personaje público o de la política nacional se muestra ante la sociedad tal como es, sin tapujos, sin disfraces, sin reservas, está buscando derribar el puente invisible que se crea entre él y los demás; quiere mostrar su lado más humano, y con ello sus dolencias, alegrías, angustias, preocupaciones, emociones y las verdades que dejan huella y tienen que ser anunciadas antes que desaparezcan de los libros de historia.