Hasta la década de 1980, las desigualdades se pensaban y se sufrían como desigualdades de clase. Los partidos de izquierda y los sindicatos conducían las luchas obreras buscando acortar la distancia entre las posiciones sociales, en pos de un ideal compartido de justicia. Con el declive del mundo industrial, el régimen de las desigualdades mutó irreversiblemente.