El agua, los terremotos, los accidentes, el tiempo que todo lo acaba, el ácido en el papel; todos ellos han sido y causantes de la desaparición de libros invaluables.
Pero también, y de manera más significativa, la guerra, la censura, la desidia, el afán de aniquilación cultural. La destrucción de libros no es una manera más de hacer desaparecer objetos: es una acción contra las ideas, la memoria y el pensamiento.