Lorenzo vive en una Ciudad de México rebasado. De ello dan cuenta un largo gusano vehicular, los departamentos que, con suerte, son habitados solo por doce desconocidos entre sí, los helicópteros vigías y los atascados vagones del metro que todos los días son socorridos por acomodadores. En una libreta, Lorenzo registra estas y todas las imágenes que se le presentan en el día a día. También detalla momentos extraños, como aquel