Era evasiva. Ella era hoy. Ella era mañana. Ella era el aroma mas sutil de una flor de cactus, la sombra mas leve de un buho duende. No sabiamos que pensar de ella. En nuestas mentes tratabamos de clavarla en un carton con un alfiler, como a una mariposa, pero el alfiler solo la atravesaba y ella salia volando.