El feminicidio en México se ha convertido en práctica común, las cifras superan cualquier expectativa. Ante la indiferencia del gobierno y el pésimo manejo de las autoridades, es cruelmente normal que mueran mujeres violadas, secuestradas, lapidadas, estranguladas, a manos de asaltantes, violadores, familiares, esposos o parejas sentimentales.