Relatos muy divertidos con el característico sello de Pescetti que juegan con la ortografía y permiten que los chicos reflexionen sobre diversos aspectos de la lengua.
Como en El pulpo está crudo, Luis Pescetti sorprende con una serie de diálogos absurdos que contienen juegos constantes con el lenguaje, algunas cartas insólitas y juegos ortográficos que llevan tanto a la risa como a la reflexión en torno a la propia lengua.