Entonces la brillante visión respondió: Durante un tiempo he habitado con los hombres, y he fundado una ciudad grande y gloriosa. Conóceme de ahora en adelante como Quirinus, uno de los dioses inmortales. Y ahora vuelve a mi pueblo y diles que si siguen para siempre la ley que les he dado, no permitiendo ni la cobardía ni la licencia entre ellos, sino siendo valientes, justos y honorables, entonces yo, Quirinus, estaré siempre a mano para ayudarles en su necesidad, y gobernarán sobre todos los pueblos del mundo.