Cuando un cerdito toca la puerta del lobo por equivocación, este no puede dar crédito a su buena suerte ¡No todos los días aparece la comida a la propia puerta! Pero ¿no tendrá razón el cerdito en que debería bañarlo antes de comérselo?, ¿y no sera mejor engordarlo un poco también, y darle un masaje para que esté tiernito?