Las personas sordas, ante la imposibilidad de comunicarse oralmente, se han visto obligadas a crear su propio lenguaje formado por signos representados mediante el uso de las manos y apoyados con el resto del cuerpo. Por ello, la comunicación de la persona sorda, al no asentarse en la escucha, es predominantemente visual, gestual y manual. Es necesario que existan las señas para después asociarlas con imágenes y palabras escritas, de esta manera existirá un intercambio de información y se establecerá más fácilmente la lectura, la escritura y quizá el habla.
"Mi cuaderno de lectoescritura y señas" utiliza las señas empleadas por los sordos y las adapta a la estructura gramatical del español (español signado) pues no tiene como finalidad reforzar o enseñar la lengua de señas, más bien, pretende familiarizar e interesar a los niños sordos en la lectoescritura del español, mostrándoles desde pequeños que la mayoría de las señas que emplean tiene una palabra escrita correspondiente.
Esta obra, por sus características únicas, es un excelente material de apoyo para maestros y terapeutas de lenguaje, y servirá también a padres de familia que quieran ayudar a sus hijos a reforzar sus conocimientos.