Muchas personas reciben mensajes del Espíritu todos los días. Sin embargo, esta no es una habilidad extraordinaria o inusual reservada a unos pocos: en realidad, todos estamos rodeados de un campo de inteligencia divina que se ofrece a guiarnos y ayudarnos siempre que se lo pidamos. Tan solo debemos aprender a iniciar una conversación con él y a entender el diálogo que resulte.