Que nadie me acuse de ser el apologista del mal; que nadie diga que busco inspirar la maldad, o acallar los remordimientos de los que se conducen indebida- mente: el único pro- pósito de todos mis empeños es articular pensamientos que han atormentado mi con- ciencia desde que tu- ve uso de razón; que dichos pensamientos puedan estar en conflicto con los pensamientos de otras personas, o la mayor parte de las otras personas, o todas las otras personas excepto yo, no es. Creo, razón suficiente para suprimirlos.