Un lugar: Marfa, en el estado de Texas y una mirada forastera que lo recorre apacible, deteniéndose sólo el tiempo necesario; como si quisiera, rozándolos apenas, nombrar los seres y las cosas que lo habitan. Una contemplación en mudanza y asombro permanentes, por instantes idéntica a la vida que ahí, en ese espacio, alienta.