El mago blanco se complace en el bien; el mago negro se regocija en la crueldad. El primero es fiel cooperador del divino espíritu de la sabiduría, y el segundo es auxiliar de la fuerzas psíquicas de la naturaleza; el uno será ensalzado en dios y unido a él; el otro se identificará al fin con los seres que evocó en su auxilio y con los cuales estuvo asociado.