El camino ganado por las izquierdas latinoamericanas a comienzos del siglo XXI no está exento de dificultades; ejemplo de ello es el Partido de los Trabajadores y el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, considerado un punto de inflexión en la historia brasileña, tanto por las políticas sociales que impulsó como por los consensos que debió construir en una fragmentada y compleja realidad política.