Esta es una bella obra que, con estilo sencillo y absoluta sinceridad nos lleva a conocer la vida hasta cierto punto agitada del padre Francisco Chrisholm, quien ya anciano evoca sus alegres años infantiles y recuerda la trágica muerte de sus padres: la diferencia de sus allegados ante sus problemas juveniles y la firme decisión de abrazar la carrera sacerdotal, que culmina con su partida hacia la china donde ejerce su ministerio.