En la noche, los apetitos y los deseos y las obsesiones tienen su lugar de privilegio; en la noche urbana, los manjares, los cuerpos, los alcoholes y las drogas se venden y compran; en el bullicio o el silencio nocturnos, a veces se rebasan los límites y se humilla o se mata por encargo, por placer, por odio o por accidente.