Dicen que sucedió hace cientos de años en las tierras de Mayab, hoy conocido como Yucatán. Allí, en una caverna mágica de la ciudad de Chan Kaan, nació y creció la primera flor de agua de América. Cuenta una leyenda maya que la joven Nicté-ha y el príncipe ChakTzitzib (Pájaro Rojo) descubrieron, en sus tardes de juego, las escondidas aguas cristalinas de un cenote encantado en donde nació su amor. Aquella relación incomprendida por algunos llevó a los jóvenes a ser la causa de la existencia de esta bella flor blanca de suave perfume que vive en las aguas. Esta leyenda cuenta su origen.