Jacques Lacan trató de introducir la subversión y el desorden en el freudismo, del que fue contemporáneo. Su historia es la de un pensador que, después de Freud, quiso apartar al hombre del universo de la religión, de lo oculto y del sueño, a riesgo de poner en escena la importancia permanente de la razón, de la luz y de la verdad para efectuar esa acción.