Algún tiempo después de los eventos de la primera película, la dueña de Max y Duke, Katie, se casa con un hombre llamado Chuck y tiene un hijo llamado Liam al que Max desaprueba porque es un poco bruto jugando pero al que acaba cogiéndole cariño. Más tarde, los sentimientos sobreprotectores de Max por Liam se convierten en una picazón que lleva a Katie a conseguirle un cono para perros del veterinario en un esfuerzo por reducir sus síntomas. La suerte de Max cambia cuando Duke revela que la familia se va de viaje fuera de la ciudad.