Kitty se muere de ganas por ir al museo y ver la preciada estatua del Tigre Dorado con sus propios ojos. La leyenda dice que aquellos que la posean pueden hacer realidad todos sus deseos.
En compañía de su gato Mandarino, decide colarse en el museo por la noche, cuando no hay nadie que pueda descubrirlos. ¡Pero alguien roba la estatua enfrente de sus narices! ¿Podrá Kitty recuperarla de las garras del ladrón antes de que amanezca?