El KARMA YOGA sigue siendo tan actual y práctico como hace miles de años. Su base es sabiduría comprobada experimentalmente.
Su enseñanza fomenta la acción desinteresada que permite sentir de verdad la presencia de Dios.
¿Cómo es posible esto? De manera muy sencilla: llevando una vida activa, purificando el corazón de toda mezquindad, sirviendo a la humanidad de manera ininterrumpida, sintiendo el dolor del prójimo, y por sobre todo, aliviando o remediando.