Los psicólogos que atienden a niños con problemas de retardo en el desarrollo se beneficiarán enormemente con el Inventario de habilidades básicas, ya que su uso les permite, por una parte, ubicar las destrezas que el pequeño ya posee y -a partir de éstas- promover aptitudes más complejas e identificar, por otra parte, aquellas capacidades que aún le faltan para establecer objetivos de instrucción.