Dicen que todos somos vulnerables a que nos pongan los cuernos. Es cierto, y también que todos podremos estar tentados a ponerlos. Culturalmente vemos la infidelidad a la vez como algo casi inevitable, y como la peor traición que se puede cometer contra la pareja. Pero ¿todas las formas de infidelidad son iguales? ¿Cuál es el costo real que impone a la relación? Y ¿es un acto tan grave que deba llevar siempre a la disolución de la familia?