AUNQUE NO ES FÁCIL PRECISAR SU ORIGEN Y DESARROLLO, SEGURAMENTE UNO DE LOS MITOS MÁS PERSISTENTES DE LA CULTURA JURÍDICA MODERNA ES AQUEL QUE CONCIBE AL JUEZ Y EN GENERAL AL INTÉRPRETE DEL DERECHO COMO SUJETO SIN PASIONES, NEUTRAL Y AJENO A TODA VELEIDAD IDEOLÓGICA, MIENTRAS QUE NO ENCUENTRA DIFICULTAD EN ATRIBUIR AL LEGISLADOR TODOS LOS EFECTOS PROPIOS DEL PARTIDISMO Y DE LOS IMPULSOS EGOÍSTAS.