Un cuento sencillo escrito con gran ingenio por Rodari, uno de los autores infantiles más importantes del siglo XX.
El hombrecillo de la lluvia tiene un trabajo muy importante: abrir y cerrar los grifos de las nubes para que llueva o deje de llover. Brinca de nube en nube suavemente y hace muy bien su trabajo, aunque a veces se queda dormido de tanto cansancio.