En este brillante ensayo, Ingenieros retoma desde la perspectiva del positivismo uno de los temas más caros al humanismo desde el Elogio de la estulticia erasmiano: el retrato del hombre mediocre y, por su contraste, el del hombre de genio. En la voz del autor hay ecos de Platón, de Carlyle, de Emerson... de grandes pensadores que se ocuparon de cribar el oro de la escoria en la condición humana, concediendo valor a la genialidad y señalando los peligros que el entronamiento de la mediocridad acarrea a las sociedades.