En febrero de 2015, Oliver Sacks recibió la noticia de que el melanoma que le habían diagnosticado en el ojo diez años antes había generado metástasis y ahora le afectaba al hígado. Poco más de un año antes, había completado su apasionante autobiografía En movimiento. Los cuatro ensayos que forman este volumen componen una suerte de coda a ese libro, una visión panorámica de la vida desde el punto de vista de alguien que encara la muerte con aceptación pero sin renunciar a su deseo de «morir al pie del cañón».