Poco sabía el brujo Geralt de Rivia lo que le esperaba al acudir a la villa costera de Kerack. Primero fue acusado injustamente de desfalco, luego fue misteriosamente liberado bajo fianza, y finalmente descubrió que sus preciadas espadas, dejadas en depósito al entrar en la ciudad, habían desaparecido. Demasiadas casualidades, en efecto, y máxime cuando tras ellas está la atractiva hechicera Lytta Neyd, llamada Coral.