Con el fin de garantizar la seguridad y estabilizar las expectativas ciudadanas a través de la coordinación, disuasión y sanción de las acciones, ¿debe concebirse el derecho al margen de las valoraciones morales o, por el contrario, debe incorporar estas últimas para dar cuenta de sus propias finalidades? Esta reiterada y genérica pregunta puede traducirse en otras más específicas –de las que quiere dar cuenta este libro- , que hacen visible las tensiones entre el derecho y la moral evidenciando los límites del primero pero, al mismo tiempo, la necesidad de su existencia para una institucionalización de la segunda.