Los maestros espirituales de la antigüedad y los expertos en física cuántica moderna reconocen que el universo es vibración.
Mediante el sonido y su capacidad de comunicarse con los chakras y el cuerpo sutil, podemos utilizar la vibración del universo para promover la armonía y crear relaciones más sólidas; contribuir a la sanación física, emocional y espiritual; expandir la conciencia e impulsar la unidad planetaria.